Ante inacción judicial, dan como “pena compurgada” la renuncia de la súper secretaria
Liz Paola disfruta en Brasil luego de facturar ilegalmente sumas millonarias como secretaria “de oro” de la Contraloría General. Indignados piden que la blonda 90-60-90 sea procesada y devuelva el DINERO GANADO sin el sudor de su frente.
Liz Paola Duarte disfruta de obligadas vacaciones en Brasil, adonde viajó para liberarse del estrés mediático causado por su involucramiento en un caso de cobro de salarios y beneficios ilegales por montos mensuales millonarios que, según la investigación fiscal, no condicen con su estatus de secretaria privada del contralor, también acusado de corrupción.
El nombre de la ex candidata a Miss Paraguay cobró estado público luego de que el diario Última Hora destapara la olla que develó parte del esquema de cobros abusivos imperante en la Contraloría General de la República.
Duarte, según el informe salarial del Estado, percibía salarios promedio de 25 millones de guaraníes por mes, y en algunos casos llegó a acumular 32 millones de guaraníes, con la autorización y complacencia de su jefe, que la ayudaba a recaudar lo máximo posible y de esa manera solucionar el aspecto económico, más lujos negados a otras secretarias de la función pública.
A pesar de su trascendencia, el caso llegó tímidamente, y con escala,s hasta oídos de los parlamentarios nacionales, quienes hasta el momento, casi un mes después de descubrirse los trapos sucios, dudan en sentar al contralor Óscar Rubén Velázquez en el banquillo de acusados y echarle del cargo vía juicio político.
Las leyes de la nación señalan que la renuncia no significa de modo alguno el pago o cancelación de hechos punibles, como los que supuestamente cometió la súper secretaria al percibir recursos extraordinarios sin trabajar.
Según el contralor, su asistente personal era una profesional dechada en virtudes pues trabajaba de 6:00 hasta 21:00 horas diariamente, e incluso había días que alcanzaba la medianoche, cuando la cantidad de tareas lo ameritaba.
Sin embargo, el informe oficial de salarios señala que la blonda secretaria, que iba a su lugar de trabajo vestida como modelo, facturaba por hasta 27 horas de trabajo por día, cuando se sabe que el día tiene solo 24 horas.
Fuentes del sindicato de la Contraloría General, hoy día víctimas de persecución del contralor oviedista, afirman que Duarte algunas veces solo se presentaba a marcar sus huellas dactilares de entrada, y después acudía al gimnasio y hacer shopping, entre otros relajos.
La Ley dice que la mujer debe ser procesada por estafa, asociación ilícita y otros hechos punibles, a más de faltas graves contra la Ley de la Función Pública, pero todo se encamina rumbo al opareí, coinciden seguidores del caso que reclaman investigación y sanción.
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